Desde niño tengo pasión por las rapaces pequeñas, por los ferres como decimos en Asturias. Durante mucho tiempo, el azor fue mi pájaro preferido. Recuerdo como cuando tenía 14 años, vi un libro sobre el azor en el escaparate de una librería de Oviedo.
Cuando años después entre a preguntar por aquel libro,
me dijeron que estaba agotado.
Tuvieron que pasar treinta años para que gracias a internet consiguiera un ejemplar.
Ahora lo estoy leyendo y como es lógico, me apeteció dibujar una azor, un pájaro magnífico y muy difícil de observar en la naturaleza.
Esta secuencia muestra el trabajo de dos días.
Las garras del azor son muy grandes, pero aquí creo que se me fue la mano, están un poco desproporcionadas. En el siguiente dibujo ya aparecen corregidas.
Para pintar la rama, fui a La Ruxidora a la orilla de la Ría de Vilaviciosa. Allí encontré unas ramas con un tono verde muy guapo que se parecía a lo que andaba buscando.
Muy bonita.
ResponderEliminarMe encantan las rapaces, grandes y pequeñas. ¡Se las ve tan poderosas y elegantes! Son preciosas.
¡Saludos!
Hola Mamen. A mi también me gustan todas las rapaces, pero a las pequeñas las encuentro más elegantes y posiblemente me gusten más por que las conozco un poco mejor.
ResponderEliminarun saludo